La Casona de las Fraguas, ubicada a menos de media hora de Santander y en un lugar de gran belleza, su historia se remonta a finales del siglo XVII. Este ecléctico y noble edificio nació por encargo de la Marquesa de Cilleruelo y fué construido en piedra de mampostería, sillería y entrevigado de madera.
Sus robustas y señoriales paredes eran la vivienda original de la familia durante varias generaciones; hasta que en el año 1900 el Duque de Santo Mauro, bisabuelo del actual propietario, construyó en la misma finca el Palacio de los Hornillos, antecedente del Palacio de la Magdalena en Santander.